Granos de expreso clásicos de la industria italiana: ¿de dónde sacan esa autoconfianza?

¡Hola! Me llamo Arne y soy barista. Llevo toda mi vida entregado al café de calidad: antes, desde detrás de una barra; ahora, a través de Coffeeness. Mi verdadera vocación es hacer posible que disfrutes del mejor café en casa, por lo que mi equipo y yo queremos compartir contigo todos nuestros conocimientos sobre el mundo del café.

Cómo hacemos las pruebas | Nuestro equipo

Granos oscuros, aromas intensos y el inconfundible toque de la industria: en este artículo he examinado muy de cerca algunas de las marcas de café italianas más importantes. ¿El resultado? Lo averiguarás si sigues leyendo.

Vista general de paquetes de expreso de grandes marcas italianas

Granos oscuros, aromas intensos y el inconfundible toque de la industria: en este artículo he examinado muy de cerca algunas de las marcas de café italianas más importantes. ¿El resultado? Lo averiguarás si sigues leyendo.

¡Lo que uno se encuentra cuando hace limpieza! En el sistema de redacción hace meses que hay una tarea con el título «Arne: probar todos los expresos clásicos que caigan en tus manos».

A lo que Arne responde inmediatamente: «¡Estáis como una cabra!»

Porque, cuando escucho «expresos clásicos», inevitablemente pienso en tuestes bastante oscuros con un sabor principalmente fuerte y que puedes tomar para el postre en el restaurante italiano de la esquina. Pienso en clichés, en marcas como Lavazza o Illy y, con ello, en el lado oscuro del mundo del café (también en sentido figurado).

Como tenía que preparar mi reseña sobre plataformas de compra de café en línea —y también por otras razones—, a mi alrededor sí que es cierto que últimamente han aparecido diversas latas de Illy y de otras variedades de esas que dicen ser «el mejor expreso», «el mejor clásico» o alguna tontería de esas.

Y podrás imaginarte que he luchado con todas mis fuerzas para no beberme eso. Pero al final lo he hecho. Y lo lamento con amargura (literalmente).

No obstante, todo ello me ha ayudado a abordar más de cerca la popularidad del «expreso italiano» y voy a hablar de cómo reconocerlo, de quién está pegando más fuerte en términos de imagen y de dónde sacan las marcas esa autoconfianza a pesar de ser la última m… del planeta.

Las grandes marcas italianas de expreso

Para esta prueba —que en realidad es una bofetada verbal en toda regla a todos los cafés presentados— he examinado a fondo los siguientes productos:

  • Caffè Diemme Oro: 27,49 euros/kg
  • Drago Mocambo: 15,75 euros/kg
  • Barbera Classica: 23,90 euros/kg
  • Illy Classico: 36,67 euros/kg
  • Illy Intenso: 36,67 euros/kg

(Precios en relación con la cantidad de llenado)

Iba a vapulear a la industria italiana de todos modos, pero he guardado estos granos principalmente por las latas, que son ideales como macetas, portalápices u otros regalos.

Granos de expreso italiano de la marca Barbera Espresso

Y es que solo con ver lo que vale el kilo de estos cafés en relación con la calidad ya tienes una razón importante por la que beberlos nunca ha entrado en mis planes.

Después de todo, hace mucho tiempo que sé que, en particular Illy, a pesar de ofrecer granos inferiores, tueste industrial y una estructura de abastecimiento opaca, pide un precio prémium por una imagen prémium.

Probablemente el Intenso sea el más caro de estos cafés, porque Illy no se priva de escribir lo siguiente en el paquete:

Illy lleva más de 80 años perfeccionando su exclusiva mezcla de arábica de 9 orígenes distintos.

Estimado equipo de marketing de Illy, ¿por qué no escribís, sencillamente, algo así como que «Sacamos nuestros granos de donde podemos. Nos la suda su origen. Lo importante es que nos cuesten poco y a los clientes, mucho»?

Cualquier principiante en el tema de los granos de café sabe que el mero hecho de haber diferentes tipos de granos no hace mejor a un café. Me parece una fanfarronada que roza la insolencia decir que este café es una mezcla de nueve variedades completamente indeterminadas.

Por cierto, Illy, con sede en Trieste (Italia), fue fundada por el desarrollador homónimo de la primera precursora de la cafetera con portafiltro actual. De esto resultó una multinacional con una amplia facturación de 483 millones de euros en el año 2018 (fuente: página web de Illy).

Sin embargo, Illy, tal y como ocurre sospechosamente con casi todas las principales marcas italianas, opera bajo el bonito lema de «empresa familiar». Esto es algo que enfatizan todas las marcas.

Con ello, logran que no puedas hacer nada más que imaginarte a la nonna italiana tostando los granos en la parte de atrás con la espalda ligeramente inclinada y llevándose a los labios, con ese estilo italiano tan característico, una pequeña porción de granos de café tostados según la receta secreta de la familia.

Aldi también es una «empresa familiar» alemana y aquí esta más que claro que se trata de un gigante al que no podemos ponerle cara. Incluso en el caso de Claus Hipp, fundador de la empresa alemana de alimentación infantil y productos para bebés que lleva su nombre (HiPP), no hay nadie que se ponga a imaginar a la abuelita Hipp removiendo el puré de espinacas en la cocina de casa.

Las marcas italianas de expreso nos han inculcado tan bien eso de sentirse como en casa, que lo creemos a pies juntillas. No es que sea una tontería, es que simplemente no es la verdad.

Para no exagerar la verdad, Barbera, cuando menciona el origen de sus granos, solo dice que «Caffè Barbera selecciona con cuidado las mejores variedades de café», mientras que Diemme y Mocambo no dicen nada sobre los granos. Supongo que su lema será: «Mientras nadie pregunte, no tendremos que mentir tampoco sobre las estructuras de abastecimiento».

Barbera proviene de Nápoles, por lo que representa el estilo de café italiano más oscuro.

Mocambo se cuela continuamente en muchos paquetes de prueba italianos de las plataformas de compra de café en línea. Sin embargo, no es más que una trampa, porque aunque su origen se halla en la familia italiana Drago, hace muchas décadas que se tuesta en Radevormwald, localidad del estado alemán Renania del Norte-Westfalia.

Lata abierta de granos de expreso italiano de la marca Barbera Espresso

Caffè Diemme de Padua (Italia) es considerada una marca superior por algunos medios y lucha con todas sus fuerzas para mantener esa visibilidad exterior en comparación con otras marcas, al menos a nivel de café de supermercado.

¿Por qué es considerada una marca superior? No tengo ni idea. Quizá porque tiene éxito con afirmaciones como esta:

Caffè Diemme mezcla los granos de arábica y robusta más puros del mundo para llevar a tu taza un café de ensueño. El proceso de tueste se hace poco a poco y con mucho mimo, porque solo así se obtiene un café verdaderamente excelente y magnífico como este.

Pero no se desvela quién, qué, cuándo, dónde y cómo se mezcla y se mima el café.

Sin embargo, desde un punto de vista formal los charlatanes de supermercado van por el camino correcto, aunque sea accidentalmente: hace tiempo que me di cuenta de que Illy, con el número de lote que se encuentra en la parte inferior de la lata, está indicando la fecha de tueste.

Número de lote impreso en la parte inferior de una lata de expreso italiano de la marca Illy

Y he averiguado que esto también ocurre con Barbera y Diemme. El número de lote puede leerse en las cifras detrás de la letra P, y la E indica «fecha de consumo preferente» (del inglés, «Expiration Date»). Algo es algo.

Olor y aspecto de los granos

Recuerda: si después de realizar una prueba de granos de expreso sientes una imperiosa necesidad de ventilar tu casa durante horas, es que esos granos eran simplemente una desfachatez.

Solo con abrir los diversos paquetes de aluminio y las latas ya supe lo que mi nariz me estaba indicando: basura de mercado de masas. ¡Y es que menuda mezcla! Ahí estaban todos los matices industriales posibles.

Comparación de granos de expreso italiano de las marcas Barbera e Illy; con las latas abiertas se ve que los granos de Barbera son mucho más oscuros

Teníamos de todo: aguarrás, amoníaco (Illy), un poco de caucho quemado, carretera asfaltada polvorienta en verano (Mocambo) y, como plato fuerte, nube de metano (Barbera).

La peor nota la sacaron las latas en lo relativo al cierre hermético. En el caso de Barbera me dije lo siguiente al oler el paquete: «Huele a todo menos a lo que tiene que oler, a café».

Con el Barbera es con el que más disfruté haciendo fotografías, porque esos granos tan oscuros son de los que dices «ver para creer».

En las pruebas de granos de café que he hecho ya he mencionado alguna vez que tomar una decisión equivocada a la hora de almacenar los granos ha provocado que se pierda gran parte de su contenido en aceites.

Precisamente el Barbera ha permanecido almacenado en el lugar correcto en su paquete hermético. Por lo tanto, el brillo y la oleosidad de los granos son un grave problema de un tueste industrial que chamusca la materia prima hasta que se vuelve irreconocible.

Y dado que los granos ni siquiera presentan manchas y agujeros de manera uniforme, en este caso Barbera es, sin duda, lo opuesto al ganador.

El más homogéneo de todos parecía ser Diemme, y también era el que presentaba el menos malo de los olores.

Los granos de Illy Classico eran, en comparación, bastante decentes pero, al mismo tiempo, sospechosamente ligeros. Esto siempre es señal de que la vida de los granos ha sido muy larga, incluso ya antes de su procesamiento.

Sabor y «sensación en la boca»

Seguro que mis lectores no se creen que me haya tragado todos estos cafés. Aún no estoy cansado de la vida, ¡aún me quedan ganas de vivir!

En lugar de probarlos todos, escogí dos ejemplares que se encuentran el uno en el extremo opuesto del otro: por supuesto, uno fue el Barbera y, el otro, el Illy Classico, que preparé de nuevo en la cafetera expreso.

Digo «de nuevo» porque a principios de 2016 ya probé esta mezcla a conciencia y ahora quería comprobar si cambiaba mi impresión. Y lo ha hecho. Y no para bien.

En mi primera reseña del expreso Illy constaté que se trata de un «expreso que se puede beber», bastante corriente y que no te deja ninguna impresión en la boca. Esta vez lo he escupido inmediatamente en el vaso.

Primer plano de un vaso casi vacío junto a una lata de expreso de la marca Illy. El vaso tiene un poco de líquido en el interior porque Arne acaba de escupir el expreso Illy que ha probado

Y es que lo que llegó a mi boca fue un caldo ácido bastante desagradable que no quiero volver a probar nunca jamás.

Esto puede deberse a que en este tiempo he refinado mis sentidos sobre la cuestión de la acidez aún más y me he vuelto más sensible. O también puede ser que con los años las malas mezclas se hacen aún peores.

Si bien no tuve que escupir el Barbera, tampoco le dejé opción a un segundo sorbo. Digamos que defiende sus rasgos napolitanos con uñas y dientes: es espeso, negro, fuerte, amargo y una patada en el culo para el sistema nervioso y la boca.

Primer plano de granos de expreso italiano de la marca Barbera en el plato

Después de todo, a él no puedes reprocharle que haga publicidad falsa. Pero no es un arte tostar granos de café hasta el punto muerto y producir exactamente estas propiedades descritas. Un arte sería aportar algo de luz a pesar de esta oscuridad. Con un poco de dulzor, por ejemplo.

Si quieres echarme en cara que no haya probado las otras mezclas, he de decirte que no estoy de acuerdo, porque, ¿qué hubiera ganado con ello? No voy a recomendarte ninguna de estas mezclas ni voy a facilitarte ningún enlace de compra, porque no me da la gana de que entregues tu dinero a estas empresas.

Por ejemplo, cuando probé el Grano Gayo de Coffee Circle, el día de la prueba empezó maravillosamente y pude mostrar cómo puede ser también un expreso de estilo italiano: puro, cautivador, elegante y con un sensacional matiz aterciopelado. Y, mira tú, a un precio competitivo.

¿Por qué debería conformarme, entonces, con un truño? Y, peor aún, ¿por qué siguen teniendo tanta fama los cafés italianos como Illy y Barbera?

Creo que es por varias razones: son de las marcas más caras de café de supermercado y, por ello, se consideran productos prémium.

Se asocian automáticamente a la gran historia del café de Italia, que ya no tiene ningún significado para el mundo cafetero de hoy en día como tal.

Y todavía existen pocas aclaraciones sobre el hecho de que estos «negocios de gestión familiar» sean grupos empresariales enormes con métodos dudosos y estructuras de abastecimiento completamente opacas.

A lo mejor esto se debe a la creencia de que el expreso italiano tiene que venir de una marca italiana. Eso me parece una chapuza. El papel, por ejemplo, no tiene por qué hacerlo únicamente una empresa china, ni los coches una alemana, ¿no?

¿Cómo lo ves? ¿Tienes algo que añadir, algo que objetar, alguna pregunta o sugerencia para mi próximo artículo en el que despotrique sobre el variopinto mundo de los cafés de mierda? ¡Házmelo saber!

Su experto en café
Team Image
Arne Preuss

¡Hola! Me llamo Arne y soy barista. Llevo toda mi vida entregado al café de calidad: antes, desde detrás de una barra; ahora, a través de Coffeeness. Mi verdadera vocación es hacer posible que disfrutes del mejor café en casa, por lo que mi equipo y yo queremos compartir contigo todos nuestros conocimientos sobre el mundo del café.

Más información Arne Preuss

¡Hola! Me llamo Arne y soy barista. Llevo toda mi vida entregado al café de calidad: antes, desde detrás de una barra; ahora, a través de Coffeeness. Mi verdadera vocación es hacer posible que disfrutes del mejor café en casa, por lo que mi equipo y yo queremos compartir contigo todos nuestros conocimientos sobre el mundo del café.

Más información Arne Preuss

Suscribirme
Notificarme de
guest

0 Kommentare
Opiniones integradas
Ver todos los comentarios